Está fue una de esas vidas que Dios
nos regala, por la que todos;
creyentes y no creyentes debemos
dar gracias
Una vista de su mesa de trabajo
Nota dejada en su despacho, presintiendo ya
el momento de partir a la casa del Padre
Despacho donde oró, reflexionó, trabajó,
escuchó, aconsejó, siempre con una sonrrisa
afable y un gesto conciliador
Pequeña capilla donde frecuentemente
celebraba la Eucaristía
Habitación de Mons. Adolfo y
lugar de su fallecimiento
Felicito a la Arquidiocesis de Camaguey por mantener viva la presencia de Monsenor Adolfo Herrera entre los camagueyanos. Por supuesto, esta felicitacion se extiende a Osvaldo Gallardo Gonzalez, que ha sido uno de los mas fervientes trabajadores de este Museo, desde la Pastoral de Cultura atiende con amor y dedicacion. Saludos, Mirtha Hidalgo Pedroarias
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